La primera riqueza en sentido material es la salud, decía Emerson.
No basta con vivir a secas; la gracia está en hacerlo con buena salud. Todo el dinero del mundo es inútil si no andamos bien de cuerpo y de ánimo. Puestos a escoger entre bienes materiales y salud, ¿quién no opta por la segunda? «¿De qué te sirven tus bienes si salud no tienes?», sentencia el refrán. Por eso nos urge resguardar ese don preciado y poner de nuestra parte para conservarlo. Todo lo que invirtamos en ello termina siendo barato. Paradójicamente, muchas veces no nos enfocamos en la salud hasta que ya es tarde.