Muchos países se están enfrentando posiblemente a las mayores crisis de toda su historia. ¡Qué tragedia sería si nosotros los cristianos no marcásemos ningún efecto positivo en las necesidades de la nación en la cual vivimos! Sin embargo, la victoria es el destino del pueblo de Dios. Anímese a ser parte de Su plan para transformar su vida, la de otras personas y la de su propio pais.